prelude. the beginning of a strategy
¿Una cosa sobre Emilia? Ella era perfecta.
Al principio, en su primer año, ella era solo otra chica en Nevermore, como Bianca, o cualquier otra excluida que hubiera en el campus; sin embargo, a medida que crecían, Xavier se encontró a sí mismo mirándola cada vez más. No podía evitarlo. Notó que solía ser muy educada con los adultos, pero tremendamente indiferente con quienes tenían su edad. También lucía siempre impecable, casi como una muñeca, envuelta en flamantes llamaradas solares, con todo ese cabello pelirrojo, rodeándola como un reflejo del propio fuego.
Además, ella parecía estar en todos lados y a la vez en ninguno. A cada momento tenía un libro nuevo en sus manos, y no era raro verla encerrándose en el salón de baile hasta muy tarde, encontrándola en los pasillos a la media noche, arrastrándose con sus zapatillas de ballet en mano. Le impresionaba, sobre todo porque no podía quedarse quieto.
E incluso cuando parecía ser una especialista en evitar a todos los que la rodean, ella era tan notable como un pulgar adolorido, destacándose en todo lo que él y el resto de la población estudiantil no lo hacía.
No resultó extraño para nadie que, al transcurrir los días, meses y años, esa profunda admiración silenciosa que Xavier mantenía por Emilia se transformara en un interés más intenso. Fue un suceso completamente inesperado, pero en algún momento de su segundo año había comenzado a soñarla.
No necesariamente haciendo algo. Simplemente, su rostro aparecía en su mente todo el tiempo. Cada vez que se distraía, ella lo saludaba desde los más pequeños rincones de su memoria y entonces solo podía ver fuego. Era abrumador, casi enfermizo. Lo ahogaba y, en algún sentido retorcido, él no quería luchar contra eso.
Fue así como comenzó a retratarla. Lo hacía todo el tiempo, al principio solo eran trazos y líneas vagas que debían interpretarse por largos minutos para llegar a la conclusión de que hacían alusión a ella, pero cuando la vergüenza se fue de su sistema, disfrutó de plasmar diferentes retratos de su compañera sangrando dentro de su arte.
"Deberías hablarle", era lo que Ajax solía decir cada vez que lo encontraba en su escritorio lleno de grafito y con esa sonrisa tonta que se deslizaba en sus labios al terminar un perfecto dibujo de su forma.
Pero él no podía. Estaba más allá de su comprensión por qué alguien como ella se interesaría voluntariamente en el hijo exiliado de Vincent Thorpe; nunca lo suficientemente bueno para ser querido, pero tampoco una decepción tan profunda como ser repudiado por completo. Ese era Xavier.
¿Por qué Emilia lo querría cuando su padre ni siquiera podía mirarlo a los ojos durante más de un minuto?
No tenía sentido. Ella estaba completa y nadie deseaba a una persona astillada cerca. Al menos, esa fue su línea de pensamiento durante algún tiempo. Cambió parcialmente al verla esa fría noche de marzo.
Como buen artista, Xavier había regresado a la academia luego de haberse sumergido toda la tarde en distintos proyectos dentro de su cobertizo. A esas horas de la noche, sus parpados pesaban del cansancio y sentía las manos dormidas luego de sostener los pinceles durante tanto tiempo.
Mientras tallaba las manchas en su piel con un trapo húmedo, lo último que esperaba era verla. Claro, por lo general, habría concluido que toparse con ella sin una gota de maquillaje y enfundada en su pijama era una bendición para sus ojos marchitos; no obstante, verla llorando había helado sus huesos sin piedad, dejándolo para ser convertido en piedra que eventualmente se derrumbaría en polvo.
Ni siquiera lo notó, pasando a su lado en las escaleras, tropezó con su pecho mientras bajaba dando tumbos, un frasco de pastillas apretado en sus manos y sollozos escapando de sus labios en un volumen medido. Casi como si deseara no ser escuchada, aunque los grandes surcos de su dolencia brillaban en sus mejillas, tal como lo haría un polvo fluorescente en la oscuridad.
Si Emilia había regresado ese día a Nevermore luego de un intercambio cultural a Francia, ¿por qué se veía tan triste?
Finalmente, cuando fue capaz de moverse, su mano derecha se posó sobre sus labios y la izquierda frotó su nuca con la incomodidad trepándole por el cuerpo. Sus ojos, antes entrecerrados por el sueño, ahora revoloteaban distraídamente por los escalones pulidos, viendo signos de interrogación flotando en todos lados junto al penetrante aroma de su perfume cítrico en sus fosas nasales, lo volvía loco.
Si era honesto, Xavier no sabía si había perdido ya la cabeza, pero la necesidad que lo envolvió en ese momento, instándolo a averiguar que había pasado con su musa, bien podría haberlo matado si no lo cumplía. Era una fuerza más grande que él, que el mundo mismo y que todos sus jodidos complejos.
"Al diablo", suspiró. No tenía caso seguirla, no sabía a donde había ido o por qué y la academia era demasiado grande para ir dando vueltas. "Lo resolveré".
Asintiendo para sí, puso su cuerpo rápidamente en marcha trotando escaleras arriba, sus pies chocaban con fuerza en la baldosa una vez que se acercó lo suficiente al área de dormitorios, y su respiración fue contenida hasta burlar al profesor Vlad, que comía una sopa instantánea con los ojos fijos en su teléfono en la sala común que dividía los tramos de las escaleras de las torres femeninas y masculinas.
Con el corazón pudriéndose bajo su piel y la histeria infectando su sistema, diviso la puerta que buscaba. Conchas de mar y algunas piedras brillantes adornaban la misma formando las letras B y D de forma llamativa, pero no podía importarle menos los detalles cuando su puño impactó en la madera de forma desesperada con la suela de su zapato izquierdo golpeando la alfombra decorativa celeste.
Los pocos minutos que estuvo esperando se sintieron como horas, pero una figura de piel oscura emergió de la habitación con ojos somnolientos parpadeando brillantes en su dirección. "Xavier, qué estás—" Bianca Barclay no fue capaz de terminar su oración antes de ser empujada dentro con la puerta cerrándose detrás de ambos. "...haciendo?"
En medio de su apuro, el psíquico ni siquiera notó que la sirena lo miraba con ligera ilusión y el pulso acelerado. Convenciéndose de dar el paso, él se sentó en la cama de la morena dirigiendo sus ojos a la pared detrás de ella, renovada determinación brillando en sus orbes como si hubiera tomado la elección más importante de su vida y estuviera completamente seguro de que era lo que quería.
"Bianca...", comenzó.
"¿Sí?"
Con los ojos enfocándose sobre su figura casi como una ocurrencia tardía, recién reconociendo su presencia dentro de su propia habitación, Xavier sonrió con una nostalgia agridulce no característica que Bianca no podía reconocer, pero no le sentaba bien. "Voy a entrar en la Sociedad de las Sombras Nocturnas y tú vas a ayudarme", dictaminó, reclinándose hacia atrás apoyando su peso en sus manos, los mechones de cabello más largos cayendo despreocupados sobre su frente ocultando sus ojos. "Solo pide lo que quieras a cambio".
Oh, las cosas que Xavier daría para estar cerca de Emilia. Nadie podía comenzar a imaginar siquiera su alcance.
Fuaa, no se imaginan lo que disfruté escribiendo esto. En realidad no estaba planeada esta parte, pero he estado escribiendo y planeando mucho para esta historia y simplemente salió así. Les juro que Xavier no es un psicópata ni un acosador, simplemente en este punto de la historia todavía no ha acudido a sesiones de terapia con la doctora Kinbott por primera vez, así que está un poco perdido con sus sentimientos e idealiza a Emilia a niveles insospechados porque cree que es todo lo que él debería ser. El verdadero drama adolescente!!!
Supongo también que se habrán dado cuenta ya, pero decidí usar el diálogo anglosajón para esta historia en lugar del español común con los guiones porque estoy experimentando un poco con mi escritura y quería probar cosas nuevas. Espero que les guste porque planeo actualizar bastante seguido a partir de ahora con capítulos mucho más largos y completos. Tengan en cuenta que esto es solo una especie de preludio pequeño que no podía colocar en ningún otro lugar, pero era importante mostrar pq lol, Xavier es mastermind de Taylor Swift.
🎨💗👻
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